domingo, 12 de septiembre de 2010

La reencarnación

Se dice que este poder, mito o Don, permite recordar la vida pasada antes de morir, recordando lo ocurrido en la vida pasada, como si nuestra alma se encierra en un bebe que nacerá pronto.

Muchas personas piensan que la reencarnación es un mito, pero yo les digo que ese mito, le ha pasado a mucha gente, como a unas gemelas y a una señora que tenia un marido y un hijo, pero bueno, aquí les dejo las historias:

El caso de las hermanas gemelas 

En 1957, en Inglaterra, las hermanas Joanna y Jacqueline Pollock, de once y seis años, fueron atropelladas en la acera por un coche. 

Un año después, la sra. Pollock quedó embarazada y su marido le dijo que había tenido la corazonada de que nacerían dos niñas gemelas que serían las hijas que habían perdido.

A pesar de que el ginecólogo aseguró que no esperaba más que una criatura, la sra. Pollock dio a luz a dos niñas univitelinas. A la primera, la llamaron Jenniffer y a la segunda Gillian. 

El padre observó que una de ellas tenía, encima de la ceja derecha, una cicatriz idéntica a la que tenía Jacqueline y que se había hecho cuando se cayó a los tres años; y la otra niña tenía un lunar del tamaño del pulgar en el mismo sitio que lo tenía la segunda hija fallecida.

A los 4 meses, los padres se trasladaron a otra población y, cuando a los dos años y medio volvieron de visita, observaron que las dos niñas conocían el lugar perfectamente. 

Antes de poder ver la escuela, una dijo: "Ahí detrás está la escuela". Y la otra dijo: "Allá arriba está la plaza, con el tobogán y el columpio". Y al pasar por delante de su casa, las dos la reconocieron. 

A los 4 años, su padre abrió una caja donde guardaba los juguetes de sus hijas muertas. Las niñas reconocieron perfectamente qué muñeca y qué juguete era de cada una, llamando a las muñecas por su nombre y alegrándose de verlas después de tanto tiempo. 

Las niñas mostraban además un gran miedo a los automóviles y tenían el mismo comportamiento que las hijas que habían fallecido. 






El caso de Shanti Devi 

Shanti Devi nació en la India, en Nueva Delhi, pero a los tres años empezó a afirmar que su casa estaba en Mathura. A los cuatro años contaba detalles de su vida anterior, entre otras cosas que estaba casada, a pesar de que sus hermanas se burlaban de ella.
Shanti afirmaba también que procedía de una casa más rica y le decía a su madre: "Tú no eres mi verdadera madre". Aseguraba también que su marido tenía una tienda de tejidos y que su casa de Mathura estaba pintada de amarillo. Los padres se negaban a aceptarlo. 
Un día Shanti rechazó la carne diciendo que en su casa no comían carne. En la escuela, los niños se reían de ella cuando contaba que estaba casada y tenía un hijo. 
Su maestro se interesó por su caso y le preguntó detalles como el nombre de su marido y le prometió llevarla a Mathura. Ella contestó: "Mi marido se llama Pandit Kedernath Chobey" y le dio además su dirección completa.
El maestro escribió a aquella dirección. A vuelta de correo, aquel hombre informaba que lo que decía la niña era absolutamente cierto. El marido viudo mandó entonces a un primo que fue reconocido por la niña a quien llamó por su nombre.
Shanti le preguntó además por su hijo, le describió las habitaciones de la casa y la distribución de la tienda. Finalmente, el marido viajó a Delhi con su actual esposa y el hijo de su primer matrimonio.
La niña reconoció a su marido y abrazó a su hijo. Shanti reconoció también sus antiguas joyas. 
Al llegar a Mathura, la niña reconoció todos los lugares y a las personas que conoció en su anterior vida. Al llegar al dormitorio de la casa, la niña dijo: "Aquí escondí mi dinero. Si miráis debajo de las baldosas encontraréis un cofre con 150 rupias". 
Shanti reconoció también la casa de sus padres y, entre las 45 personas de aquella casa, abrazó a su madre. 







Mentira o verdad,dan mucho de que hablar y pensar.















¿Como cocinar unos ricos Chunchules?



                                     
                                       Chunchules:











¿Como se preparan?
Tradicionalmente se lavan minuciosamente bajo la llave del agua fria y se colocan a hervir en una olla durante una media a cuarenta minutos aproximadamente, luego se cambia el agua y se cuece por veinte minutos más, reservar.
Calentar una sartén con un poco aceite e incorporar los chunchules previamente cocidos y agregarle una mezcla de harina tostada y sal, esperar a que tomen un color algo dorado y servirlos con unas papas cocidas.
Otra alternativa es prepararlos en una parrilla con el resto de la carne del asado. No olvidar la primera parte de la pre cocción.
Que mejor que este producto gourmet  típico, crujiente por fuera y cremoso por dentro....